Álvaro Colom es el presidente de Guatemala. Elegido en 2008, se encuentra terminando su período. Hasta esta fecha está felizmente casado con la señora Sandra Torres, activista política, quien ha decidido ser candidata a la presidencia de dicho país. Sigue, en consecuencia, los pasos de otros gobiernos como el de Argentina.
El problema está en que los opositores al actual presidente manifiestan que la Constitución de Guatemala no permite que su cónyuge sea candidata. Tal norma prohíbe que los parientes de mandatario, en cuatro grado de consanguinidad (hasta los primos hermanos) o segundo de afinidad (hasta los hermanos políticos) puedan serlo.
Colom, inicialmente, ha contestado que su esposa no se halla en ninguno de los dos grados pues la cónyuge no es pariente ni consanguínea ni por afinidad, por lo que la Constitución no le impide correr por la presidencia. Sin embargo la pareja ha encontrado una solución más expedita y que no deja lugar a dudas: se divorciarán. Así, dejarán de ser cónyuges, no tendrán relación civil y la carrera hacia la presidencia no tendrá obstáculo legal alguno.
Como no puede ser de otra manera, tal resolución ha causado gran escándalo en Guatemala.
Esta singular solución nos recuerda que la lujuria del poder es más fuerte que la del sexo; que los matrimonios actuales son de quita y pon; que tenía razón Enrique Guzmán, cuando hace muchos años cantaba: “papeles, tan sólo papeles/nos mantienen unidos/ en una farsa brutal”.
Colom y su esposa han leído a Maquiavelo pues aplican a rajatabla que “el fin justifica los medios” y la señora está dispuesta a sacrificar su matrimonio por amor a la patria.
El señor Colom, por su parte y si le sigue interesando, podrá tener como “querida” a la presidenta de la Nación, lo que no es poca cosa, no tanto por el placer sino por el altísimo honor.
No está demás conocer que el hijo de la pareja es bajista de una banda de rock que tiene un nombre significativo para la familia Colom: “Viento en Contra”.
Al final, esta comedia nos muestra que el cinismo esta de moda aún a costa de todo, hasta de burlarse de un país.
Publicado el 30 de marzo de 2011
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