miércoles, 13 de enero de 2016

El perro y la bandera

Una noticia de prensa de hace algunas semana, incluyendo foto, nos traía la información que un perro de la Policía después de una larga enfermedad de cuatro años –así decía- ha fallecido.

Era, de lo que cuentan, un perro bonito que se llevaba bien con los niños y que hizo las delicias de la concurrencia en los espectáculos que llevaba a cabo el Cuerpo Policial cada año. Las fotos no se hacían esperar y la gente se acercaba a él sin miedo.

Tenía un nombre extranjero, pues se llamaba “Army” o, lo que es lo mismo, “Ejército” en inglés. Como buen Boyero de Flandes, que esa era su raza, era grande y estaba cubierto de una abundante cubierta de pelo largo.

Hasta allí, a menos que no nos gusten los animales o tengamos miedo a los perros, está claro que podemos entender que la muerte de esa mascota trajo pesar a quienes la tuvieron cerca.

Sin embargo, ha resultado chocante ver las fotografías del féretro de “Army” cubierto nada menos que con la Bandera Nacional. Si: bajo una carpa y con tres estandartes detrás del ataúd, la misma Tricolor, la bandera de la Policía Nacional y otra, no reconocible, yace el ataúd del boyero, con su fotografía encima y cubierto por los colores amarillo, azul y rojo. La bandera lleva el Escudo Nacional.


No sabemos si en la época actual se puede hablar de valores. Más aún, no me atrevo a considera si, en este momento, el respeto a los Símbolos Patrios es un valor. 

Tal vez esta consideración es ya anticuada y los derechos de la naturaleza, contemplados en nuestra Constitución, han abierto la puerta para que un perro, un caballo del Ejército o cualquier otro animal –piense usted en el que sea - que haya “prestado servicios” pueda ser enterrado, incinerado o simplemente desechado previo un acto solemne en que repose bajo la bandera del Ecuador.
 
La bandera es la misma que hemos visto izar los lunes patrios de los colegios mientras cantábamos las notas del Himno Nacional, besamos en Tarqui el 27 de febrero, o lleva el Presidente cruzada sobre el pecho como la más alta condecoración nacional.

Tal vez la repulsión al ver la foto del ataúd de “Army” bajo la bandera nace de un concepto pasado de moda o simplemente reaccionario. Sin embargo, fue inevitable.

Publicado el 13 de enero de 2016

http://www.eltiempo.com.ec/noticias-opinion/11796-el-perro-y-la-bandera/

No hay comentarios:

Publicar un comentario