Todo se ha modernizado: hoy los colegios envían correos electrónicos a los papás para informarles sobre los programas escolares, los días de asueto (palabra que seguramente ya no se usa) o vacaciones, cambios en la hora de la buseta y notas de exámenes.
Los padres de familia han creado también redes de mensajes para comunicar sus inquietudes y hasta para apoyarse en los deberes que hacen en nombre de sus hijos.
Pero hubo un tiempo en que la relación entre los padres de familia y la escuela era el mismo alumno. Éste era el mensajero de las buenas y las malas noticias: a veces hasta traía la libreta a casa, cuando había todavía un orden que demostraba su posición académica en el grado: “Soy el primero del grado” o “¡Soy el último!”.
Los jóvenes siempre han sido y serán rebeldes, más aún cuando el colegio hace patente que hay que sujetarse a las reglas para poder sobrevivir. Y que decir de los compañeros: algunos amables, otros broncos o directamente agresivos. Aquellos que, como dijera John Lennon en su canción “Héroe de la clase obrera”, te odian si eres listo y te desprecian si eres tonto.
Todo puede sobrellevarse hasta el día en que el profesor pronuncia la terrible frase: “Mañana traiga a su representante” y sabemos que no es posible volver a la escuela sin la compañía del papá.
El cielo, a la salida de la escuela, muestra nubarrones negros y el camino a la casa se hace más largo. Cada paso pesa como plomo pero la suerte está echada. La mente se llena de pretextos para hacer más lento el viaje.
El almuerzo no pasa de la boca; el agua sabe amarga. La conversación de la mesa está llena de monosílabos. La mamá pregunta si no estás enfermo. La palidez así lo demostraría. Pero es la hora de hablar y con una vocecita casi inaudible, el mensaje se da a conocer: “Me pidieron en la escuela que lleve a mi representante”.
No se cae el cielo pero el papá frunce las cejas; la madre abre la boca para decir “¿Qué hiciste?”. La respuesta es obvia: “¡Nada!” Los padres piensan matar al mensajero pero se sobreponen. Por lo pronto hoy no sales a jugar con tus amigos y haces los deberes este momento.
Al día siguiente se pasará el mal rato.
Publicado el 10 de febrero de 2016
http://www.eltiempo.com.ec/noticias-opinion/11921-traiga-a-su-representante/
No hay comentarios:
Publicar un comentario