Imagínate en el río, en un bote/con árboles de mandarina y cielos de mermelada/Alguien te llama/ Contestas suavemente/ a la niña con ojos de caleidoscopio”. La voz de John Lennon va recitando los versos de Lucy en el Cielo con Diamantes, obra maestra del disco más famoso del rock: la Banda del Club de Corazones Solitarios del Sargento Pimienta.
La canción muestra la psicodelia en estado puro, nacida de la experimentación de los Beatles que incluyó –ya es historia- el ácido lisérgico.
Hay cuatro años de diferencia entre “Quiero tomar tu mano” y “Lucy”, pero parece que han pasado décadas. Lennon y sus compañeros no se paralizaron en el tiempo ni se repitieron, aún a riesgo de perder oyentes. Y eso les volvió más grandes.
El Álbum Blanco, que vino después, fue un cóctel enorme de experimentación: música folk, nacida de escuchar a Donovan –pues los Beatles también escucharon al resto-, un clavicordio en “Cerditos”, la base del heavy-metal en “Helter Stelker”, un piano sincopado en “Martha, mi amor”, el tigre de “Bungalow Bill”, el mundo que gira para la tan querida Prudencia. Después la simplificación, la vuelta a los orígenes, mientras tocan en el techo de Apple, paralizando el tráfico, removiendo piezas de hace ocho años y nunca incluidas en discos o conciertos.
La ruptura: para Lennon la caída casi sin retorno, el vacío, la lucha por quedarse en Estados Unidos pese a la persecución del FBI, el desafío al mundo por casarse con una asiática sin gracia para los ojos de Occidente (quisiera ver si un poperito de hoy tendría las mismas agallas), los discos que casi nadie oye, aquellos que recuperan la memoria de las figuras malditas: Angela Davis, los separatistas irlandeses contra el Imperio Británico, los presos de la cárcel de Attica. Los años en el Edificio Dakota –si, el mismo de la “Semilla del Diablo” de Mia Farrow- mientras “Imagina” se vuelve un himno pacifista.
Lennon desea empezar otra vez y lee, escribe, toca, encerrado en su casa, mientras espera que la inspiración, esa mujer coqueta e inconstante, vuelva a acostarse en su cama. Un día la encuentra y vuelve a la Plantación de Recuerdos, que eso es Plant Records, pero con nuevas propuestas: ha visto mucho tiempo girar las ruedas, mientras no hacía más que aguantar. Los dos vírgenes se vuelven una Doble Fantasía, pero nadie, ni él mismo, contaba con los disparos del 8 de diciembre. Lennon está muerto. Han pasado 33 años.
Publicado el 11 de diciembre de 2013
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