miércoles, 25 de febrero de 2015

Cansados

Todo parece girar alrededor del mismo programa, día tras día: sentimos que somos nosotros solamente en el momento que vamos a dormir y que una nueva jornada ha concluido.

Estamos efectivamente alienados, en el sentido propio de la palabra: somos ajenos a nuestro yo y a nuestro entorno. Estamos envueltos en lo que el filósofo alemán de origen coreano, Byung-Chul Han, llama “la sociedad del cansancio”.

La existencia actual requiere una producción invariable: las obligaciones para el sostenimiento personal y de la familia suponen un ejercicio del trabajo que mantenga un ritmo que lleve a un flujo de ingresos constante, única forma de sostener un nivel de vida que podríamos llamar “decente”.

El empleado que labora bajo la dependencia de un empleador logra el pago de una remuneración esperada, grande o pequeña. El futuro, mísero u holgado, está, podríamos decirlo, “asegurado”.

Es distinta la situación del trabajo independiente, profesional o técnico, basado en las capacidades individuales y en la necesaria prestación de servicios a terceros. El panorama se presenta distinto, pues el trabajador, supuestamente independiente, depende ahora de su propia gestión y capacidad para obtener clientes.

Si éstos son pocos, se presenta de inmediato la frustración y la angustia. Si los encargos son muchos, y lo dice el mismo Byung-Chul Han, aparece la autoexplotación del trabajo, que lleva a un cansancio infinito sin posibilidad alguna de liberación, pues no hay poder ante el que rebelarse.

El hombre se ha movido, dice el pensador alemán, desde la “sociedad disciplinaria”, en la que el individuo está sujeto a la prohibición y a la norma, para pasar a una sociedad de “emprendedores de si mismos”.
La actual propuesta formativa busca que los profesionales jóvenes no esperen ser asalariados sino creadores de fuentes de trabajo; esta visión trae implícita la posibilidad de una frustración casi inmediata al enfrentar dos condiciones absolutamente contrarias: no tener nada que hacer o hacer demasiado.

Byung-Chul Han lo manifiesta: “A la sociedad disciplinaria la rige el ‘no’ y su negatividad genera locos y criminales. La sociedad de rendimiento, por el contrario, produce depresivos y fracasados”.

¿Es la promoción de las ciencias sociales: el arte, la historia, la música, la filosofía, la literatura, el antídoto al cansancio y a la alienación?

Publicado el 25 de febrero de 2015

http://www.eltiempo.com.ec/noticias-opinion/10332-cansados/

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