miércoles, 21 de diciembre de 2011

Títulos viejos y memoria flash


No es inusual que el abogado que recibe a un cliente, sobre todo campesino, vea que éste, de entre sus ropas, extrae un atado de documentos generalmente envueltos en plásticos o periódicos. Lo abre cuidadosamente, pues los papeles están a punto de deshacerse, y lo entrega con cuidado y temor.

Tal legajo suele contener los títulos de propiedad de algún terreno perdido en medio de los campos y quebradas; posiblemente heredado de sus padres o abuelos.

En otras oportunidades, los documentos que aparecen son simples cartas o recibos, demostrativos de antiguos negocios que la familia ha llevado a cabo y que sustentan el derecho sobre la chacra, el sembrío de papas o la propiedad de una choza que se levanta entre la niebla.

Un estudiante de derecho, por su parte, defiende su tesis final y argumenta sobre la validez de los documentos digitales como medios de prueba. Se refiere a términos extraños: algoritmos, firma electrónica, direcciones IP.

Expresa que los jueces, pese a que la ley consagra la validez de estos documentos, no se sienten seguros cuando deben revisarlos en el proceso.

Manifiesta, sin embargo, que la opinión pública siguió hace poco el caso de un ciudadano, detenido por haber enviado, por medio del twitter, un mensaje considerado peligroso o amenazante para el Jefe del Estado. Tweet o gorjeo –pues es lo mismo- que no se encuentra en lugar alguno sino en el espacio virtual de las comunicaciones.

La convivencia de los antiguos documentos escritos y los nuevos métodos de comunicación, y las responsabilidades que acarrea el uso de unos u otros, merecen una especial revisión que trasciende el campo jurídico y llega a la vida cotidiana. Cada vez más personas, sobre todo jóvenes, realizan compras por el internet, pagando con tarjetas de crédito y recibiendo bienes que, de otra forma, estarían fuera de su alcance si no fuera por la globalización.

¿Será que los “dos mundos superpuestos”, de los que hablaba un conocido cientista social, siguen vigentes y sin posibilidad de fundirse? 
Muchas veces oímos referencias a las teorías del centro y la periferia, o de los estados imperiales y los colonizados. Esta situación se ha trasladado a una sociedad donde conviven los que tiene la posibilidad de utilizar tecnologías de comunicación y los que se encuentran aún en la época del papiro.

Quien sabe si en algún momento, como en una película de ciencia ficción, veremos a un campesino sacar, de debajo de su poncho, una memoria flash en la que se encuentren los títulos de propiedad de sus mayores.

Publicado el 21 de diciembre de 2011

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