miércoles, 17 de agosto de 2011

Enrique VI y la reforma judicial

Desde los viejos tiempos, cuando se enseñaba que “la justicia es dar a cada quien lo que le corresponde”, muy pocos se han sentido correspondidos con la sentencia que expidió el juez en el proceso que les tocó.

Es que la administración de justicia es una actividad que se  califica de “casi divina” por lo complejo que supone juzgar algo y, más aún, a alguien. ¿Quién puede conocer todos los elementos que aparecen en un proceso y llegar a entenderlos en el sentido exacto de su valor, de tal manera que su sentencia sea justa?

Este ha sido el reto de toda sociedad a lo largo de la historia, en el entendido que la gente común quiere tener tan lejos a los abogados como a los médicos, siendo ambas profesiones indispensables en el momento en que se presentan dificultades.

En la obra “Enrique VI” de William Shakespeare, Dick pronuncia la frase: “la primera cosa que haremos será matar a todos los abogados”, como una solución a los problemas de Jack Cade, aspirante al trono inglés. Esto ha servido para una serie de bromas, hasta que nació la respuesta obvia: se ve que Shakespeare nunca necesitó un abogado. 

Nos encontramos en época de cambio en la administración de justicia. Se han presentado seis ejes que servirán de guía para lograrlo. Sin embargo, no deberán perderse de vista los principios fundamentales que han llevado a que esta compleja actividad humana pueda contar con las bases que permitan resoluciones más certeras.

La inmediación es uno de estos principios. Esta palabra significa solamente que el juez ante el que se practican las pruebas debe ser quien dicte la sentencia.

El cambio permanente del juzgador –cuando intervienen en el mismo juicio un juez titular, un reemplazante, un encargado, un temporal- llevará, sin ninguna duda, a falta de entendimiento de los elementos de un proceso y, por ende, a error. El resultado será que una vez más el ciudadano, llamado horrendamente “justiciable”, habrá sentido que algo falló en su caso, pequeño o grande, pero importante.

Habrá que esperar que las reformas judiciales consoliden conceptos tales como el de la inmediación para que los procesos terminen como debe ser: con un resultado apegado a  la verdad y a la justicia.


Artículo publicado  el 17 de agosto de 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario