miércoles, 13 de mayo de 2015

El salón

Muchas cosas suceden en la vida: unas se quedan en la mente y otras desaparecen sin que sea posible recuperarlas nunca más.
Ya lo dijo Borges, en un verso memorable: “...un libro y en sus páginas la ajada violeta,/ monumento de una tarde/ sin duda inolvidable y ya olvidada...”
Sin embargo, hay circunstancias que se quedan guardadas en nuestra memoria más recóndita; sucesos, que siendo nimios, nos afectaron grandemente y se han quedado allí, ocultos tras un poco de hojarasca.
El salón tiene las sillas pegadas a la pared; las chicas se encuentran sentadas en el lugar más alejado. Se ven bonitas y se han vestido para la ocasión: algunas hasta se han pintado un poco los labios y se han puesto rímel.
En la otra esquina está un muchacho con un tocadiscos. A su lado hay un montón de long plays y discos pequeños de 45 revoluciones. Está buscando qué poner para empezar la fiesta: se necesita tener buena mano para que la aguja no rebote en el acetato o lo raye, dejándolo inutilizado.
Ha escogido ya un disco y la música empieza a sonar. La chica elegida está sentada entre varias amigas. Para sacarla a bailar hay que cruzar todo el salón.
La frase está preparada y ensayada: “¿Me permites?” Lo difícil es repetirla con voz fuerte, sin que tiemble la barbilla. Muchas ideas cruzan por la mente en ese momento: ¿qué hago si no quiere bailar? ¿Cómo respondo si me dice que está cansada? ¿Vuelvo a cruzar el salón hacia atrás o saco a la que está al lado?
Estas cavilaciones no paran mientras la música sigue. Empezaron las cumbias, uno que otro rock’n’roll, y después vienen los boleros, de esos que hay que bailar agarrado.
Es hora de cruzar el salón, esperando que los zapatos no emitan chirridos por la cera recién puesta. El miedo retiene una y otra vez al indeciso, al tímido, al que no sabe qué decir a las chicas. Cruza por la mente el versito de una canción: “No quiero arrepentirme después/de lo que pudo haber sido y no fue”. 
Parece que es tarde: la mamá de la chica la ha mandado a llamar. 
La fiesta se acabó.

http://www.eltiempo.com.ec/noticias-opinion/10679-el-sala-n/

Publicado el 13 de mayo de 2015


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