miércoles, 20 de febrero de 2013

Serpa, o las fotografías en la vitrina


Cuenca: calle Bolívar entre Padre Aguirre y General Torres. Quien conoce el centro de la ciudad sabe que esta dirección se encuentra cerca del Parque Calderón, las Catalinas y el Garaicoa. El colegio de las Salesianas está más lejos y mucho más el colegio Borja, trasladado hace pocos años al sector de Pumapungo.

En esa dirección hay un pequeño negocio fotográfico, donde el señor Serpa pone las fotografías de todas las fiestas conocidas, en una vitrina que se llena de estudiantes para verlas.

Allí están las fotos de la última kermesse del colegio Americano. La misa campestre en el local en construcción, con el letrero “Sube Asunción, con María tu Madre” detrás. También las que se tomaron en la graduación del Benigno y aquellas, en que la banda de guerra del Borja, pasa delante de la Gobernación, saludando al Presidente -¿quién era?- con un gallardo paso de ganso, tan ensayado y tan difícil. En el blanco y negro de la fotografía brilla el casco de metal con su crin clarísima, y se nota la diferencia entre el azul celeste de la casaca y el azul oscuro de la pechera.

Pero lo mejor era ver  las fotografías de las chicas en las fiestas de 15 años: todas están muy elegantes, algunas han ido a la peluquería y parecen mayores de lo verdaderamente son. Muchas se encuentran con “maxis”, que les dan un aspecto distinto al de la faldita corta, sobre la rodilla, que tanto molesta a la señorita Canelos. Están allí, a mano, tras el vidrio para verlas una y otra vez, compararlas y confirmar que son más bonitas que sus amigas.

Como en la cartelera del cine, el dueño del local cambia las fotos cada 15 días; de otra manera disminuye la población visitante pues las cosas han pasado vertiginosas: hubo quien se declaró cuando pusieron las primeras fotos, ha pasado ya por la primera cogida de la mano, ha ido al cine, a matiné,  dio y recibió su primer beso, y hasta peleó con la enamorada. Pero la fotografía de la fiesta sigue allí.

¿Quién tendrá esos originales? Tal vez el señor Serpa, cansado de recibir muchos visitantes y ningún comprador, las habrá quemado o roto. Tal vez, hoy mismo, están en alguna caja, esperando que el Facebook las recupere y aparezcan, para gozo de las nuevas generaciones, los cuellos largos y puntiagudos, los pantalones campana de tela de colchón, los zapatos con plataforma, el peinado afro, el saco largo y lleno de botones, el medallón con el signo de la paz, las patillas y los bigotes.

Verlas produce, por un segundo, la misma sensación que sentimos en la calle Bolívar. Y aguardamos, impacientes, por amigos que las “suban”, rescatándolas de un olvido inmerecido.

Publicado el 20 de febrero de 2013

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