miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿Qué contiene tu iPod?


Los reproductores de música de bolsillo permiten que la gente lleve consigo bibliotecas musicales completas, que incluyen miles de canciones y cientos de horas de música –tiempo que, en realidad no existe- transportadas a cualquier lugar, conectadas a parlantes en las fiestas de los parientes y los amigos, o simplemente escuchadas a través de los personalísimos audífonos, verdadera cápsula que separa al individuo de su entorno.

Dentro de estos aparatos podría estar música de vals, vienés o peruano, el rock más duro que se haya producido, canciones tan azucaradas que habría que lavarse las manos después de prender el sonido, declaraciones de amor o rap contestatario.
Podrían estar Beethoven, Bach, los Beatles, Frank Zappa, los Tigres del Norte, Flor de Huaraz, Mercedes Sosa, los Panchos, Lady Gaga, El Último de la Fila,  los hermanos Miño Naranjo y el dúo Strobel Maldonado.

El test personal que puede hacerse al dueño del aparatito definirá mucho de su personalidad, calidad, condición, posición política y aficiones, mejor que lo que podría mostrarse públicamente.   Hoy que mucha gente tiene esos aparatos podemos preguntarnos qué música incluirá el reproductor musical del presidente Correa,  o el de Assange, Obama, Benedicto XVI, Vargas Llosa, García Márquez,  o el de nuestra vecina-, esa chica angelical que vive al lado, que parece que oye solamente “perreo”.

¿Cuál de ellos tendrá música de Mercedes Sosa, de Chaucha Kings, de los Beatles, música de salsa, o “¡Hasta siempre, Comandante!”.  ¿Quién tendrá una imagen pública diferente de aquella que lleva en el bolsillo, y escuchará secretamente a Arjona, esperando que nadie se entere?

¿Todo revolucionario llevará a “Calle 13”? ¿Todo cura, a Sor Sonrisa?¿Todo melancólico oirá solamente pasillos y todo romántico escuchará a Montaner?

Las sorpresas que podríamos sufrir si Álvaro deja su iPod olvidado y encontramos no solamente canciones de Enrique y Ana, sino la colección completa de los Rolling Stones; si Benedicto, más allá de Mozart escucha también a María Dolores Pradera; si Osama ben Laden –que también tenía uno- escuchaba a Il Divo y a los New Kidsonthe Block.

También podríamos conocer qué sucede en el alma de quien jamás oye música, sea porque no le gusta, porque es “cuchi oreja” o porque no quiere sentirse más triste de lo que ya está. Si tiene un reproductor, revíselo y conózcase algo más.

Publicado el 5 de diciembre de 2012

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