Llega un correo electrónico, que trae todos tus datos: nombre, número de cédula y hasta fecha de nacimiento. Parece provenir de fuente confiable, pero la frasecita dañina está puesta: “confirme la clave de su correo electrónico”. Y el receptor lo hace.
En pocas horas se ha expandido por todo el ciberespacio el correo que manifiesta la grave situación personal y, a continuación, la petición de dinero, implorante y vergonzosa (“no cuente a nadie de mi petición...”) Pero pide que la respuesta sea pronta y a la misma dirección.
En el espacio más recóndito del sistema de correos está el quid: todos los emails irán redirigidos a lion_innocent@hotmail.fr
Si el asunto no fuera tan grave, la dirección parecería hasta graciosa.
También llegan otros correos: la hija del presidente de Ghana, fallecido en accidente aéreo, requiere la ayuda de un buen samaritano en Sudamérica que le ayude a sacar del país los diez millones de dólares que le quiere robar un gobierno golpista. Basta solamente que el incauto entregue el número de la cuenta corriente para que vea desaparecer su propio dinero.
Por allí hay otros, de muñecas rusas, desesperadas por encontrar a un hombre cariñoso que pueda liberarlas de unos padres estrictos, que no entienden que una chica de 18 años, con medidas perfectas, no quiere trabajar toda la vida en una “granja colectiva” (¿?)
O el caso del señor que se asombra de la tecnología, al inquirir la forma en que ésta conoce de todo y de todos, hasta los más ocultos secretos: había recibido una oferta de Viagra.
La tecnología es una gran herramienta y el mundo actual no podría vivir sin el contacto que permite el internet. La posibilidad que la próxima guerra en gran escala cuente con elementos de destrucción de bases de datos ya no es ciencia ficción.
Wikileaks acaba de reenviar una nueva cantidad de correos secretos del gobierno de los Estados Unidos de América. No se aflija al pensar que sólo usted es un “león inocente”: también las grandes potencias han sido engañadas. Sin embargo ponga un poco más de atención en su propia información y no entregue sus datos para apoyar a una niñita gravemente enferma, creada por los hackers.
Publicado el 10 de abril de 2013
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