miércoles, 9 de diciembre de 2015

La foto

A llí está la foto: haciendo daño, circulando por las redes sociales, ensañándose con uno de los dos protagonistas de la escena.

La imagen fue tomada en un paseo: una reunión en la que circuló en exceso el alcohol y que fue promovida como un “retiro espiritual” en que podías beber todo lo que quisieras.

El paseo fue organizado por estudiantes universitarios: muchachos y chicas que se sienten modernos, abiertos, liberales en sus costumbres y en su pensamiento. Muchos se han calificado “de izquierda”: defienden los derechos humanos y la dignidad de las personas, pero sólo en el aula, en la reunión formal, en la campaña política para elegir dirigentes estudiantiles.

Ninguno de los que reenviaron la foto se siente machista ni retrógrado: tiene ideas de avanzada en cuanto al sexo, el matrimonio, el divorcio, el aborto. Promueve, aunque sea en voz baja, la legalización de alguna droga que considera inofensiva.

Sin embargo, en la reproducción de la fotografía, en el meme violento, en la burla sarcástica, solamente la chica es mencionada. Se conoce su cara, se sabe su nombre y el curso y universidad en la que estudia. Inclusive la persecución llega a examinar sus zapatos, su camiseta, su pantalón, para confirmar que es la misma persona de la escena. ¿El muchacho que está con ella? Para qué nombrarlo, no tiene ninguna importancia, ha hecho lo que cualquier otro haría en las mismas circunstancias.

Vienen las preguntas: ¿nuestra sociedad ha cambiado? ¿La formación universitaria es solamente una pátina que desaparece al más leve roce? ¿Existe congruencia entre lo que se estudia, se dice, se hace y se piensa?
Triste realidad de lo que parecemos ser y no somos: tolerantes, civilizados, abiertos.

¿Qué la chica tuvo la culpa por exponerse de esa manera? ¡Claro!: cometió un error, el mismo que cometió su pareja masculina. Eso no exime de responsabilidades a los lobos vestidos de oveja, malvados con teléfono celular, que son capaces de meterse en la vida de otros de manera irresponsable, sin considerar que su actitud es la muestra de una mentalidad cerril y nauseabunda. Hechores de infamias con la ligereza de quien juega con la vida y dignidad de los demás, ellos sí indignos de llamarse universitarios.

Publicado el 9 de diciembre de 2015

http://www.eltiempo.com.ec/noticias-opinion/11649-la-foto/

No hay comentarios:

Publicar un comentario